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Odín es el dios principal en la mitología nórdica. Se lo consideraba como el padre de los dioses y reinaba desde el Valhalla, un salón majestuoso -similar al monte Olimpo- donde se encontraban todas las deidades. Se lo conoce también con el nombre de Wotan o Woden.

Odín poseía muchos poderes y era una de las deidades más complejos. Era el dios de la sabiduría, de la muerte y de la guerra. Algunas corrientes también lo consideran como el dios de la magia, de la caza, de la poesía y de la victoria. Es decir que se puede inferir que tiene dos caras, una que lo hace ver como un dios positivo y otra como uno muy violento y negativo.

Odín
Odín, dios de la guerra y padre de los dioses nórdicos

Características de Odín, el padre de los dioses nórdicos

El principal lugar donde residía Odín era Asgard, precisamente en el palacio de Valaskjálf. Dentro del palacio poseía un trono al que llamó Hliðskjálf que le permitía saber qué era lo que pasaba en cada uno de los 9 mundos donde gobernaba. El padre de los dioses era hijo de Bestla y de Bor. Tenía dos hermanos: Vili y Ve. Tuvo varios hijos con su esposa Frigg, uno de los cuales, llamado Thor y que poseía poderes para manipular los rayos y truenos, se hizo muy conocido en todo el mundo gracias a las historietas y a las películas.

Una de las tareas de Odín era enviar a las valquirias a recoger a los guerreros que caían y morían en batalla para sentarlos a su lado en el Valhalla y así pudieran disfrutar de los banquetes que allí se servían.

De acuerdo a la mitología nórdica, Odín será el encargado de guiar a los hombres y al resto de los dioses en una batalla llamada Ragnarök. De acuerdo a la historia, el dios será asesinado y devorado por un lobo furioso llamado Fenrir a quien Vidar, uno de los hijos del padre de los dioses, asesinará de inmediato al desgarrar sus fauces.

Odín y los animales

Además de gobernar sobre los humanos y el resto de los dioses, se dice que Odín tenía un gran poder sobre los animales. Los más conocidos eran dos cuervos llamados Munin y Hugin que todas las mañanas volaban en direcciones opuestas siguiendo sus órdenes y que al atardecer volvían, se posaban sobre sus hombros y le contaban al oído todo aquello que habían visto.

Otro animal que siempre acompañaba al dios era un caballo de color gris que tenía ocho patas llamado Sleipnir con el cual podía viajar a gran velocidad por la tierra, el mar e, inclusive, tenía la capacidad de volar. Este caballo es hijo de Loki quien se metamorfoseó en una yegua y de Svadilfari, un caballo colosal que construyo una gran parte de las murallas que rodeaban a Asgard.

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