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SWIFT es un acrónimo que corresponde a las siglas de Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication. Traducido a nuestro idioma, se puede leer como Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales. Es una organización del tipo bancario que funciona a nivel mundial y cuya principal función es la de establecer la comunicación entre las diferentes entidades financieras que se encuentran en todo el planeta.

Se estima que en la actualidad, funcionan bajo este sistema más de 11.000 entidades bancarias de más de 200 países. De acuerdo a guarismos realizados con el paso de los años, se llegó a la conclusión que se transmiten aproximadamente unos 3 mil millones de mensajes anuales.

SWIFT
El SWIFT conecta instituciones bancarias alrededor de todo el mundo

Características del SWIFT

Se trata de una sociedad cooperativa que tiene sus oficinas principales en La Hulpe, Bélgica. Cuenta con 3500 miembros accionistas. Sus principales integrantes se encuentran en Alemania, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Suecia, Suiza y el Banco Central Europeo (BCE).

Esta institución fue creada en 1973 y su liderazgo recayó en Carl Reuterskiöld quien ocupó el puesto entre 1973 y 1983. En esa época contaba con la aprobación de 15 países y 239 entidades financieras. Los mensajes y procedimientos para realizar las transferencias y enviar los diferentes tipos de mensajes surgieron recién en 1975. El primer mensaje fue enviado en 1977, es decir 2 años después. Actualmente, la entidad es dirigida por Javier Pérez-Tasso quien ejerce su cargo desde el 1 de julio de 2019.

Beneficios del SWIFT

Debido a la globalización que permite el contacto entre las personas de diferentes partes del globo, es importante saber cuáles son los beneficios que trae operar con el SWIFT. Uno de ellos es la estandarización de todos los procesos bancarios y permitir el envío y la recepción de la información de manera automática.

Es importante aclarar que los mensajes cuentan con un código especial. Esto significa que los errores de transmisión de información son prácticamente nulos. Además, la seguridad al realizar cualquier tipo de transacción comercial es muy alta, puesto que cuentan con claves para autentificar al usuario y los mensajes son encriptados, es decir que solo los lee el destinatario.

Los mensajes, denominados FIN presentan diferentes dígitos y se agrupan en categorías de acuerdo al tipo de transacción realizada. Por ejemplo, las transferencias de cheques y clientes comienzan con MT1, mientras que las transferencias entre instituciones financieras presentan MT2, mientras que las operaciones de cambio con moneda extranjera y los préstamos entre países pueden encontrarse con las letras y números MT3.

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