La frase “la religión es el opio del pueblo” fue acuñada por el filósofo alemán Carlos Marx (Alemania, 1818 – Reino Unido 1883), habla principalmente de que las creencias religiosas son utilizadas por los más ricos o las clases dominantes para manejar al resto de la población.
Esto, de acuerdo a Marx, se hace con el fin de convencer a las personas con la falsa idea de una vida eterna. Esto nos liberará de todos los padecimientos que sufrimos a lo largo de nuestra vida.
El marxismo hace hincapié en que las personas estaban oprimidas por el capitalismo lo cual está asociado, por lo general, con la religión. Esas personas sometidas a esas ideas, de acuerdo a Marx, debían levantarse y luchar con la opresión en la cual la doctrina religiosa era partícipe. El principal fin de esto es conseguir la tan ansiada justicia social que es el corazón de su pensamiento.
Origen de la frase “La religión es el opio del pueblo”
La frase aparece en la publicación realizada por Carlos Marx “Crítica a la filosofía del derecho de Hegel”. Se publicó en 1844 en el periódico alemán “Deutsch-Französischen Jahrbücher” (Anuarios alemán-francés). El mismo era editado por Marx en colaboración con Arnold Ruge.
En el siguiente fragmento se puede leer dicha frase:
“La miseria religiosa es, al mismo tiempo, la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura atormentada, el alma de un mundo desalmado, y también es el espíritu de situaciones carentes de espíritu. La religión es el opio del pueblo. Renunciar a la religión en tanto dicha ilusoria del pueblo es exigir para este una dicha verdadera. Exigir la renuncia a las ilusiones correspondientes a su estado presente es exigir la renuncia a una situación que necesita de ilusiones. Por lo tanto, la crítica de la religión es, en germen, la crítica de este valle de lágrimas, rodeado de una aureola de religiosidad…”
Si bien la frase “la religión es el opio del pueblo”, fue acuñada por primera vez por Marx, otros pensadores y filósofos también compararon las creencias religiosas con el sopor que provoca el consumo del opio.
Uno de ellos fue Ludwig Börne quien en 1840. En un ensayo, escribió “Bienvenida sea una religión que derrame en el amargo cáliz de la sufriente especie humana algunas dulces, soporíferas gotas de opio espiritual, algunas gotas de amor, esperanza y creencia.”
Por otro lado, un año antes de que Marx publicara su escrito, Moses Hess también se refirió a la religión de manera similar. En 1843 escribió un ensayo en el que expresó: “La religión puede hacer soportable la infeliz conciencia de servidumbre… de igual forma el opio es de buena ayuda en angustiosas dolencias”.