La retórica es un recurso que permite a un individuo expresarse de manera correcta. Se intenta que el discurso sea eficaz como para deleitar al oyente, persuadirlo y también convencerlo. Se trata de un vocablo que proviene del latín rhetorĭca, que, a su vez, tuvo su origen en el griego con ῥητορική (retoriké).
La retórica trata de que tanto el lenguaje oral frente a un grupo de oyentes como el escrito en cualquier texto tenga la suficiente riqueza y belleza. Esto se logra mediante técnicas de aplicación de la lengua que son muy específicas.
Fases de elaboración de la retórica
La retórica presenta diferentes fases de elaboración de cualquier discurso:
- Inventio: en esta fase se establece cuál será el contenido y el tema del discurso.
- Dispositio: en esta etapa se lo organiza para lograr la estructura adecuada.
- Elocutio: aquí se presentan las diferentes formas de expresar cuáles serán las ideas.
- Compositio: se establecerá el tipo de sintaxis y fonética de los diferentes enunciados que se tratarán
- Memoria: es la forma en la que se recordará el discurso.
- Actio: es la parte final del discurso que se relaciona con la declamación del mismo.
Origen de la retórica
Esta forma de dar un discurso tiene su origen en la Grecia antigua donde los sabios solían expresarse de forma correcta para convencer al interlocutor. En un principio, fue solo oral mientras que con el tiempo comenzó también a utilizarse en forma escrita. En la Edad Media, comenzó a ser enseñada en las escuelas junto con la gramática, la filosofía y la lógica.
Hoy en día, la retórica se aplica en la literatura, la filosofía y también en la publicidad y en todo lo que tiene que ver con la política.
Retórica en la imagen y en las preguntas
Existe una disciplina que se denomina retórica visual o retórica de la imagen. En este caso, se trata de diferentes técnicas y procedimientos que transmiten al público las imágenes de la forma más estética posible. El mensaje tratará de convencer a la persona de lo que está viendo. Se intenta que se genere un recuerdo de la misma que perdure por mucho tiempo en la memoria de quien ve el mensaje. Se suele emplear en publicidad y también en diseño gráfico.
Con respecto a las preguntas retóricas, que muchas veces utilizamos sin darnos cuenta, se trata de interrogantes en los que no se necesita una respuesta ya que se encuentra incluida en la misma. Un ejemplo de una pregunta retórica puede ser “¿por qué siempre tengo que decirte que apagues la luz?”. Es decir que la respuesta la encontramos también en la pregunta de manera que no hace falta hacer ninguna aclaración al respecto. Las preguntas retóricas también pueden emplearse para guiar a la persona que esta hablando hacia un tema en particular como por ejemplo cuando decimos “¿quieres que te explique cómo se prepara este budín?” y de esta manera introducimos el tema en cuestión.