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Neurociencia

Bajo el nombre de Neurociencias se reúnen un conjunto de disciplinas del área científica que se encargan de estudiar y explicar la forma en la que funciona nuestro sistema nervioso; siendo las áreas fundamentales de dicha observación todo lo referente a la estructura y a los aspectos y procesos bioquímicos que tienen lugar en nuestro cerebro.

En el campo de la neurociencia existen áreas que se encargan de estudiar el funcionamiento del cerebro y la forma en la que actúan frente a los diversos procesos de aprendizaje y de experiencia vital, mientras que otras intentan entender los problemas y fallos que se dan en el normal funcionamiento del sistema nervioso, estudiando el efecto que los fármacos o diversos tratamientos pueden tener sobre dichos problemas.

Es muy importante resaltar que el valor fundamental de esta ciencia reside en su carácter multidisciplinario que le permite nutrirse de los avances realizados a lo largo de la historia en todas las áreas científicas existentes. De este modo, partiendo de una sencilla pregunta se puede arribar a diferentes soluciones o respuestas que propongan caminos distintos para explicar el funcionamiento de este órgano tan fascinante y tan necesario para la vida.

Historia de la neurociencia

La neurociencia surgió a finales del siglo XIX como un espacio experimental en el que se plantea un estudio heterogéneo que bebe de diversas disciplinas científicas como la Anatomía, la Fisiología, la Farmacología y la Neurología. Desde entonces, la neurociencia no ha hecho más que crecer, ampliarse y consolidarse. Al día de hoy, otros espacios científicos que nutren las investigaciones neurocientíficas son la Computación y la Bioingeniería, las cuales aportan diversas herramientas que ayudan a comprender de forma cada vez más clara cómo funciona nuestro sistema nervioso y de qué forma influyen las diversas experiencias en nuestro comportamiento.

Todo comenzó, sin embargo, mucho tiempo atrás. En el siglo V a.C., Alcmeón de Crotona postuló que en el cerebro se hilvanan y adquieren forma tanto los pensamientos como las sensaciones. Es más, afirmaba que es a través de este órgano que podemos sentir alegría, tristeza, aflicción y la necesidad de pensar y, por otro lado, es también el cerebro el responsable de nuestros problemas de salud mental. De este modo, Alcmeón intentaba interpretar el origen de la Epilepsia. Decía: “por el mismo órgano nos volvemos locos y delirantes, y miedos y terrores nos asaltan” y concluía que en el cerebro residía todo el poder de la humanidad.

A partir de entonces muchísimos estudiosos intentaron interpretar el papel del cerebro en el desarrollo de las emociones, la inteligencia y el comportamiento, aunque recién en el siglo XIX, como ya lo hemos dicho, se fundó la neurociencia como un campo científico susceptible de ser aceptado por la comunidad dado que podía otorgar información absolutamente relevante para comprender nuestra esencia.

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