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Homofobia

El término homofobia hace referencia a la fobia o rechazo contra la homosexualidad y, por ende, contra las personas que experimentan dicha orientación sexual. Generalmente se evidencia cuando un individuo siente un rechazo irracional al exponerse a situaciones en las que existen elementos que refieren al gusto sexual por individuos del mismo sexo o cuando se acerca a alguien con tendencias homoeróticas.

La homofobia se manifiesta a través de agresiones que pueden ir desde la violencia verbal hasta el acoso psicológico y físico. Las consecuencias de estos actos puede ser sumamente nocivas para la víctima; existen numerosos casos de homosexuales que al verse acorralados, humillados y absolutamente dañados emocional y físicamente, han recurrido al suicidio para terminar con tan agobiante situación.

En el discurso hegemónico suele decirse que la homofobia es un concepto del pasado y que vivimos en un mundo tolerante y pacífico; sin embargo, las estadísticas dicen otra cosa. Las agresiones contra los homosexuales se han aseverado violentamente en los últimos años; sin embargo, en Latinoamérica el 60% de los homosexuales que sufren agresiones o amenazas de carácter homófobo, no denuncian por miedo a que su situación pueda empeorar. Esto nos lleva a suponer que existen muchos más delitos homofóbicos de los que se contabilizan socialmente.

La homofobia en la historia

Si indagamos un poco en la historia de la humanidad nos encontramos con un dato absolutamente curioso: la homofobia es uno de los legados que la religión ha impuesto al orden cívico. En las culturas antiguas las relaciones homosexuales no sólo estaban permitidas sino que se aceptaban de forma absolutamente natural. En la Antigua Grecia, por ejemplo, los hombres mayores solían tener amantes más jóvenes a quienes convertían en sus discípulos y les introducían en el estudio de la política, las ciencias y la moral, a la vez que mantenían con ellos una relación amorosa estable y a la vista de todos.

Durante la Edad Media, la Iglesia Católica comenzó a aumentar su poder, abarcando un territorio más amplio que el estrictamente religioso. El aterrizaje del cristianismo en la vida política y social trajo como consecuencia la transformación de la moral civil en un concepto muy ligado al religioso. La homosexualidad fue una de las primeras cosas que condenó la iglesia, alegando que la unión entre dos personas debe tener como objetivo la supervivencia de la especie. De este modo se instauró la heterosexualidad como el tipo de relación sexual convencional y surgió la homofobia.

Si bien al día de hoy existen muchos países que han reformulado sus leyes civiles a fin de que todos los ciudadanos puedan ejercer libremente sus derechos, independientemente de su orientación sexual, la homofobia no ha desaparecido y muchas personas deben enfrentarse a ella cada día.

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