El término sueldo hace referencia a la remuneración que percibe un trabajador como pago por los servicios prestados durante el período de un mes. Depende del lugar, se lo llama sueldo o salario. Al estar acompañado del término básico, nos refiere concretamente al monto mínimo, y fijo, que ese trabajador recibe de su empleador.
Este concepto establece que todo trabajador, independientemente de los servicios que preste, tiene asegurado el cobro de un monto fijo, establecido por ley y que cobrará sin excepciones de ningún tipo.
Es lo que podríamos llamar “piso”, pues no cobrará de ninguna manera un valor inferior. Pero si puede ser acreedor, según pacte con su empleador, de percibir montos mayores a partir de ese sueldo básico.
Historia del sueldo básico
El concepto de un pago mínimo y fijo por los servicios prestados por una persona es relativamente reciente. Una regulación al respecto se produce por primera vez en Australia, específicamente en el estado de Victoria. Allí, en 1890, se declara el Acta de Empleadores y Empleados a raíz de reclamos y disturbios realizados por movimientos obreros con la finalidad de establecer un sueldo básico por cualquier trabajo realizado.
Curiosidad etimológica
Ya que estamos hablando de sueldo y, al pasar, hemos dicho que tanto este término como la palabra salario son utilizados indistintamente como sinónimos, podemos señalar que ambas están relacionadas etimológicamente. Y no solo eso, también se relacionan a una tercera palabra que, seguramente, ni sospechas.
Primero repasemos de dónde proviene la palabra salario. Como la mayoría de los términos en nuestro idioma, salario deriva de la palabra en latín salarium y significa “pago de sal” o “por sal”.
Esto se refiere a la costumbre establecida en el antiguo imperio romano donde era muy común pagarles a los soldados con sal. Sucede que en la antigüedad, la sal era un elemento muy preciado, casi como el oro, aunque por otros motivos: el uso de la sal era la manera más efectiva de conservar la carne.
En cuanto a la palabra sueldo, también proviene del latín. El término original es solidus y era el nombre que recibía una moneda de oro romana que reemplazo al denario (la moneda de plata). Durante el gobierno de Constantino, los soldados del ejército imperial y los mercenarios empezaron a exigir que se le pagara con estos “sólidos”, motivo por el cual el nombre de ese pago mensual empezó a llamarse igual que ese tipo de moneda. Y, con el paso del tiempo, fue derivando a “sueldo”.
El hecho curioso, si no lo han notado, es que el origen de las palabras salario y sueldo parece estar relacionado con los soldados. De hecho, tanto la palabra soldado como la palabra sueldo tienen el mismo origen en el vocablo solidus del latín. Es más, una de las razones porque Roma alcanzó tal poderío fue porque se les pagaba a los guerreros que peleaban para defenderla. Y, como decíamos más arriba, durante el gobierno de Constantino las milicias exigen su paga en “sólido” y se los comienza a llamar solidatus, por la manera de recibir la remuneración de sus servicios.