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Sistema Nervioso Central

El sistema nervioso central es el nombre que recibe una estructura biológica que poseemos la mayoría de los seres vivos del reino animal. Es el principal responsable de que podamos percibir estímulos y responder a los mismos; es decir, de que seamos capaces de experimentar el dolor y el placer.

Los dos componentes fundamentales del sistema nervioso son la médula espinal y el encéfalo. A su vez cada uno contiene otros elementos que hacen posible el normal funcionamiento de todo el circuito.

El cerebro se aloja en el encéfalo, ocupando casi todo el espacio que recubre el cráneo y siendo el principal responsable de la toma de decisiones.

El cerebelo es el que ocupa el resto de la zona craneal, la parte posterior, y se encarga de la coordinación de movimientos, el equilibrio y la estabilidad. El tronco cerebral conecta el encéfalo con la médula espinal y permite que exista una comunicación fluida entre lo que ocurre en el encéfalo y el resto del organismo.

La médula espinal, por su parte, se encuentra formada por una serie de vías nerviosas que son las encargadas de trasladar los estímulos de cualquier punto del cuerpo hasta el encéfalo donde serán procesados; también estas vías se encargarán de llevar la respuesta del encéfalo hasta el punto en el que tuvo lugar el estímulo.

El sistema nervioso central ante el dolor y el placer

Gracias al sistema nervioso central los animales podemos percibir dolor y placer. Es importante señalar que algunas criaturas que no disponen de sistema nervioso central cuentan con otras estructuras que se asemejan a ésta; tal es el caso de los moluscos que poseen un sistema de ganglios que les sirve para interpretar el entorno y reaccionar ante lo que les sucede.

En los seres humanos, el dolor es una sensación desagradable que experimentamos gracias a nuestro sistema nervioso central. Para que podamos percibirlo es necesario que un estímulo choque contra una célula de nuestro cuerpo y ésta envíe la información al encéfalo, donde es procesada e identificada. El resultado de ese análisis derivará en una respuesta que recorrerá el camino inverso del estímulo. En el campo científico existe una ciencia especialmente dedicada al estudio del dolor, sus causas y consecuencias en nuestra vida, se llama algología.

El sistema nervioso central también es el encargado de decodificar los estímulos del placer. Y es el resultado de una serie de mecanismos que se desarrollan desde que un estímulo parte de una célula y se dirige al encéfalo, donde se analiza y se elabora una respuesta. Es un procedimiento similar al dolor pero con un final feliz.

Una de las excusas que durante mucho tiempo utilizó la tauromaquia para sostenerse fue argumentar que los toros de lidia no sienten dolor porque poseen un sistema nervioso diferente al humano. Hoy sabemos perfectamente que estos animales tienen la misma capacidad que nosotros para sentir dolor porque su sistema nervioso central es similar al nuestro, por lo que se vuelve más inexplicable que una tradición tan cruenta continúe manteniéndose viva.

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