La escritura consiste en una de las formas en las que se transmite la información, que se caracteriza por la combinación de diferentes símbolos (con una lógica alfabética) y que sirven para representar ideas en un formato físico. También se le llama así al trabajo que realizan los escritores y que requiere de una técnica y una dedicación casi obsesiva.
Podríamos decir que es un tipo de representación absolutamente fiel al lenguaje hablado y que permite registrar todo tipo de información para que se prolongue a lo largo del tiempo. Se diferencia de otro tipo de lenguaje escrito, como los pictogramas, en que el mensaje se forma con una concatenación secuencial, y guarda una correspondencia lógica y estética. Para que exista la escritura es importante tener en cuenta ciertas normas ortográficas y gramaticales, a fin de que la idea expresada sea coherente.
El estudioso Roland Barthes solía decir que la escritura fue un hito fundamental en la comunicación porque representó un avance absoluto en lo que atañe al lenguaje y al psiquismo, dos aspectos fundamentales de la evolución humana. Podríamos agregar también, basándonos en su razonamiento, que la escritura es una segunda memoria colectiva que nos permite avanzar construyendo desde lo que nos han enseñado nuestros antepasados.
La escritura se conforma de dos partes fundamentales: los logogramas (que sirven para representar campos semánticos) y los grafemas (que representan los sonidos); podríamos decir que los primeros hacen alusión a la forma que tiene cada símbolo del alfabeto y los segundos a su sonido, que en combinación representan palabras, conceptos e ideas.
A su vez, existen diferentes tipos de escritura, siendo la alfabética la más conocida y difundida y dividiéndose en varios grupos, dependiendo del tipo de alfabeto en la que se encuentre fundada. Así puede basarse en el alfabeto latino, cirílico, hebraico, helénico, indio o arábigo.
Es importante mencionar que la primera escritura alfabética que se conoce es la construida por los fenicios, y documentada en el siglo XVII; la misma se encontraba formada por consonantes que podían combinarse y en ocasiones adoptar la función que más adelante tendrían las vocales en un alfabeto.
La escritura como oficio
El oficio de los escritores también se conoce como escritura. Este trabajo es el que realizan cada día poetas, ensayistas, dramaturgos, cuentistas y novelistas, responsables de las composiciones que se agrupan en el marco de lo que conocemos como literatura. En ese sentido la escritura representa una forma de comunicar una idea para ser compartida con los lectores y se construye partiendo de una determinada técnica y buscando expresar las cosas de la forma más adecuada para llegar a los lectores.
La escritura es un trabajo arduo que requiere de tres actitudes: dedicación, paciencia y confianza. Porque es necesario dedicarle muchísimas horas y no ofuscarse si las cosas no salen como esperamos y, además, exige una cierta fe en nuestras capacidades para llevar a cabo tamaña tarea y no morir en el intento.