Solo sé que no sé nada es una frase que que también puede expresarse como “solo sé que nada sé”. Es atribuida desde tiempos inmemoriales al filósofo griego Sócrates. Con ella, el filósofo expresaba que era consciente de que no sabía todo y conocía a qué nivel llegaba su ignorancia.
Sin embargo, es una frase que si bien se la atribuye a este filósofo, no se encontró ningún registro escrito por él. Sin embargo, su discípulo Platón la dejó plasmada en sus obras las cuales contienen sus enseñanzas.
Origen de la frase “solo sé que no sé nada”
En su libro “Apología de Sócrates”, Platón no solo expone una versión del discurso que defiende a Sócrates cuando fue enjuiciado por los tribunales ateniense luego de ser sentenciado a muerte. Además expresa que toda la filosofía de Sócrates está basada en que admite su ignorancia ya que la sabiduría procede de reconocer esto como algo nato.
En relación a su origen, se desprenden dos ideas:
La primera se atribuye a que la frase tuvo su origen durante una conversación entre Sócrates y un grupo de ciudadanos de Atenas. Sócrates afirmaba que no tenía conocimientos en todos los temas que se le atribuían. La segunda idea se declaró cuando el Oráculo de Delfos lo declaró el hombre más sabio e inteligente de toda Grecia.
Existe una corriente que asegura que la frase “solo sé que no sé nada” es solo una parte de la frase, pues se completaba con “y, al saber que nada sé, algo sé”. “Solo sé que no sé nada, y esto cabalmente me distingue de otros filósofos, que creen saberlo todo”.
La principal idea que se desprende de esta teoría es que ninguna persona tiene la verdad absoluta y que es importante tener la voluntad de aprender cosas nuevas todos los días. Por otro lado también se habla de la toma de posición acerca de determinados temas de los cuales es preferible no hablar sobre todo si no se conocen en profundidad.
La frase “solo sé que no sé nada” hace referencia a las personas que desean aprender todo tipo de temas para ser más sabios cada día.
En qué consiste el método Socrático
Sócrates se caracterizaba por llegar a la verdad por medio del dialogo con sus seguidores a los que les realizaba preguntas. Gracias a sus respuestas, podían llegar la conclusión de que no sabían nada sobre el tema del cual se estaba debatiendo.
El método socrático estaba dividido en dos partes. La primera se llamaba ironía y la segunda mayéutica. A esto se le sumaba el razonamiento inductivo con el cual alcanzarían la definición universal sobre el término que era en ese momento objeto de su investigación.
Por un lado, con respecto a la parte irónica, el principal objetivo de Sócrates era que el interlocutor creyera que era ignorante para así lograr obtener el conocimiento necesario para aprender algo nuevo. Por otro lado, la mayéutica consistía en la capacidad del filósofo de guiar y ayudar a sus discípulos para cuestionarles todas las ideas hasta llegar a la verdad.
Hay muchos casos de esto en las encuestas. “No sabe pero contesta”