Un refrán es una sentencia muy antigua que se ha incorporado a nuestro lenguaje coloquial de forma cultural y que lleva inscrito un mensaje que puede servirnos para vivir mejor o resolver ciertos problemas propios de la vida. Se caracteriza por contar con una estructura que se apoya en la rima y la consonancia para poder ser recordada con facilidad.
Los refranes datan de una época en la que no existía lenguaje escrito; de ahí su estructura tan característica: brevedad y sonoridad (para poder recordar con mayor facilidad el mensaje). A nivel histórico han servido para dejar constancia de las normas morales de los diferentes pueblos, para que las futuras generaciones tuvieran un punto de referencia a la hora de dictaminar leyes y códigos de convivencia.
Al día de hoy se consideran sentencias que poco a poco se van perdiendo y que casi no tienen relevancia en lo que respecta al dictamen de reglas morales o de comportamiento; los jóvenes de las nuevas generaciones, de hecho, no los utilizan a la hora de expresarse puesto que los consideran anticuados. No obstante, todavía quedan personas que los utilizan para expresarse o para incluir en una conversación un tono humorístico (los refranes suelen contar con una pizca de ironía que los vuelve sumamente atractivos).
Un refranero es un libro que reúne una colección de textos de este género y que suelen tener un origen cultural semejante. Así, un refranero español nos ofrece una larga lista de refranes de la cultura ibérica y que datan de diversos períodos de la historia del país.
El significado de los refranes
Es importante señalar que si hilamos muy fino, muchas de las sentencias reunidas en los refranes suelen ser cuestionables puesto que presentan ciertas ideas retrógradas que no tienen lugar en nuestras sociedades actuales. De hecho, muchas veces surgen debates en torno a determinados refranes que ponen en tela de juicio su existencia. Sin embargo, a la hora de interpretar un refrán debemos abrir bien la mente para intentar captar la esencia de la frase.
Recientemente se llevó a cabo una petición en Internet para eliminar de los manuales de los estudiantes la sentencia que dice “pan con pan, comida de tontos”, argumentando que denigraba la profesión de los panaderos. Si bien, el colectivo de panaderos puede estar en lo cierto, es importante aclarar que los refranes nunca deben interpretarse de forma directa o literal, puesto que esconden un doble sentido que se introduce al mensaje a través de diferentes recursos literarios como la analogía o la ironía.
Esto los vuelve más interesantes, porque pueden contar con una doble lectura. En el caso de este refrán, una de las lecturas posibles es que si nos reunimos de personas idénticas a nosotros no vamos a crecer y la vida va a ser aburrida y poco variada; es decir que puede ser una sentencia a favor de la mezcla y la diversidad.